Después de imitar las peores características de mi padre (hemos apurado el depósito de gasolina hasta límites indecentes) hemos llegado a casa. La verdad es que la vuelta sin tráfico se ha hecho mucho más tranquila...pero casi nos hemos pasado el día en el coche. Primero hemos terminado de ver los parques nacionales. El de hoy (Kings Canyon) era más rústico y con más montaña. Aún así, Laura ha continuado haciendo de Félix Rodríguez de la Fuente y ha sacado fosots a nuevos bichos... la foto de hoy es de un zorro. Aparte de ver un cañón brutal, hemos entrado en una cueva por la puerta grande (más bien pequeña por que yo me he dado un coscorrón que he sangrado un poco y todo). Como siempre, la ceuva la tienen en plan Disneylandia, con luceitas por dentro, pasamanos para no caerse, etc... Hemos comido al lado de una cascada (también llamada "chorrito"), y hemos empezado a rezar para que consiguiéramos salir del parque con gasolina...primero que si 10 millas, luego que otras 16...al final casi 60 millas con el depósito en reserva (y Laura pensando que era bobo...un poco sí). Pero ya estamos aquí, más calentitos y con ganas de empezar otra buena semana.
